Energía solar en comunidades de Oaxaca

En aguas del océano Pacífico, en el límite entre Oaxaca y Chiapas, se encuentra la comunidad de Cachimbo, donde habitan alrededor de un centenar de personas que, en su mayoría, se dedican a la pesca. Para acceder a su territorio es indispensable el uso de lanchas al ser prácticamente una isla, aspecto que explica la actividad productiva más común entre de estos pobladores que durante décadas vivieron sin acceso a la energía eléctrica.

Hasta hace unos años, la población de Cachimbo era estable, pero todo cambió tras el paso del huracán Bárbara en 2013, que arrasó con buena parte de la comunidad y empujó a muchos habitantes a emigrar. Tras la devastación que la lluvia y los vientos dejaron, pocas personas permanecieron en este diminuto pueblo, quienes hasta el día de hoy viven dedicándose a la pesca y continúan sin acceso a recursos como sistemas de agua potable o, hasta hace muy poco, a la electricidad.

Este último recurso apenas llegó hace un año gracias al programa social Luces de Esperanza, con el cual se instalaron sistemas fotovoltaicos en 20 viviendas, así como en el centro de salud de la comunidad. Entre ellos, en la casa de Cleiver e Hilarión, habitantes cuyas casas ya cuentan con electricidad generada a partir de los paneles que captan la energía renovable surgida de la radiación solar.

Cuando se instaló el panel en casa de Hilarión, él relataba los problemas para mantener a su ganado alejado de depredadores que, por las noches, se acercaban a su casa para alimentarse de las gallinas. El día a día de Hilarión y su familia cambió gracias a la electricidad con la que cuentan en su hogar. El también agente municipal ve cambios notables en la vida de la comunidad tras contar con los sistemas solares.

Nos está ayudando hasta para cocinar el pescado. Y en casa vemos las noticias de lo que pasa en otros lados, cuando antes no teníamos forma de saber qué pasaba.

Cleiver es uno de los habitantes que se dedican a la pesca. La forma en que realiza el trabajo hace necesaria la luz en el mar porque cada tarde él sale en su lancha a colocar las redes en las que distintas especies de mariscos y pescados quedan atrapados. Además de las redes, se instalan linternas para atraer a la pesca y para que a la mañana siguiente se pueda recolectar el producto con facilidad.

El costo de las baterías lo absorben los propios pescadores, pero desde que pueden utilizar pilas recargables gracias a los sistemas solares, este se ha reducido sustancialmente quien también ocupa la electricidad de las otras casas para guiarse en su camino de vuelta a su hogar luego de la colocación de las redes.

Es menos gasto porque ya no compramos pilas. Ya con esto [las pilas recargables] nada más recargamos y ya no gastamos nada.

Alma Delia, suegra de Cleiver, es otra de las habitantes de Cachimbo cuyo hogar ya cuenta con energía eléctrica. Ella reflexiona sobre la ventaja que representa la remodelación del centro de salud local, así como la instalación de un sistema solar en el mismo para dotarlo de electricidad.

Quedó bien bonita la clínica, antes íbamos a Ixhuatán, que está como a tres horas en moto.

En este sentido, Hilarión coincide en el beneficio que aporta a la comunidad este nuevo centro de salud: “Tener el panel va a ayudar mucho a la comunidad. Si la gente viene de noche a su consulta pues ya tenemos luz para que nos atiendan. Y vamos a tener pastillas y otros medicamentos [en refrigeración] y eso es una gran ayuda para nosotros porque, si nos pasa algo, antes teníamos que llegar al otro lado… y la lancha hace hasta una hora y media”, agrega el pescador y agente municipal.

En la gente de Cachimbo se percibe emoción por contar con energía eléctrica en casa, misma que les permite escuchar música, ver la televisión y cocinar con más facilidad. Actividades cotidianas que hace un año aún sonaban como un sueño en esta diminuta localidad… y que hoy son una realidad gracias a Luces de Esperanza.