Para Iberdrola México, la inclusión debe ir en múltiples direcciones, sobre todo cuando de talento se trata. Durante nuestra primera Semana de la Diversidad e Inclusión, abordamos el tema de la inclusión de personas con discapacidad en espacios de trabajo, de la mano de Incluyeme.com, empresa que, desde 2013, se ha posicionado como experta en este importante tema.
Lina Marcela Rojas Montoya, nacida en 1983 en Medellín, Colombia, es parte de la organización y participó como ponente durante la Semana de la Diversidad e Inclusión; cuenta con estudios en comunicación y transformación digital corporativa, cuenta con 14 años de experiencia laboral en gestión de proyectos, contenidos digitales y medios de comunicación. Lina tiene una discapacidad motriz con diagnóstico de parálisis cerebral por nacimiento prematuro.
Una parte de la sociedad sabe muy poco sobre la discapacidad. ¿Qué son las discapacidades?
Lina Rojas: Las discapacidades son condiciones que se generan a partir de diversas barreras que tiene el entorno para que las personas puedan participar de manera equitativa en la dinámica social, económica, familiar y de la vida personal. Estas barreras pueden ser de tipo arquitectónico, de comunicación, de acceso a servicios básicos y de salud, entre otros.
Existen varios tipos de discapacidad en las personas. Las más predominantes a nivel mundial son la discapacidad motriz, visual y auditiva.
¿Y qué son las discapacidades no visibles?
LR: Las discapacidades no visibles o no aparentes pueden ser de orden psicosocial, como la depresión o la ansiedad, que tienen manifestaciones físicas cuando la persona entra en un estado de crisis. Otra podría ser la discapacidad visceral, que implica el funcionamiento deficiente de los órganos internos, como el hígado o el corazón. Al no ser perceptibles al ojo humano muchas veces no se les atiende debidamente en el sistema de salud, pues no hay un diagnóstico temprano.
¿Cuáles son los desafíos más comunes frente a la discapacidad? ¿Estamos como sociedad desinformados?
LR: En cuanto al nivel de información al que accedemos como sociedad en América Latina todavía existen muchas barreras para la población en general que no está en contacto con la realidad de la discapacidad y dificultan la inclusión en las diferentes esferas de la sociedad.
Muchas veces no se excluye a las personas con discapacidad por falta de voluntad, mala intención o ausencia de políticas públicas, sino por falta de información cualificada. Todavía persisten muchos mitos en cuanto a la discapacidad.
¿Y es por esas barreras de acceso a la información que se generan mitos en torno a la discapacidad? ¿Cuáles son?
LR: Se asume que como no se ve, no existe. Pero la discapacidad está ahí y requiere atención para que la persona tenga un entorno accesible y pueda cumplir con sus tareas.
Lo importante es pensar que detrás de la discapacidad -independientemente de si es visible o no- hay una persona que tiene expectativas, necesidades, que quiere participar en el mercado laboral y dar lo mejor de sí misma.
Es fundamental no separar la discapacidad de la persona. Hay que pensar que hay vida más allá de la discapacidad. Hay vida con la discapacidad, y no a pesar de ella.
INCLUSIÓN LABORAL
¿Cuáles son los principales desafíos para la inclusión de las personas con discapacidad en el mercado laboral?
LR: Entre los principales desafíos a nivel laboral que todavía predominan en nuestras culturas está el pensar que las personas con discapacidad son menos productivas, que registran altos índices de ausentismo laboral. Cuando en realidad no es cierto porque no siempre la discapacidad implica tratamientos médicos extensos, simplemente es tener la condición vigilada.
¿Qué factores dificultan la inclusión de las personas con discapacidad en el mercado laboral?
LR: Es una cadena. La primera barrera es que las personas con discapacidad suelen no tener acceso a educación de calidad y, por ende, no van a poder desempeñarse en empleos cualificados, formales, y esto genera exclusión.
A pesar de que las personas con discapacidad tengan una formación, persisten muchos mitos o temores por parte de las organizaciones porque la discapacidad todavía se ve como algo desconocido, ajeno o lejano. La realidad es que somos 1,200 millones de personas en el mundo que vivimos con una discapacidad.
Tenemos que acercarnos y entender que la discapacidad en algún momento puede llegar a nuestra vida, porque cuando las personas envejecen, empiezan a perder sus funcionalidades.
Por lo que nos explicas, queda todavía mucho camino por recorrer. ¿Cómo lograr entonces una verdadera inclusión laboral?
LR: El primer desafío es entender que la discapacidad es real. Lo segundo es comprender que en las organizaciones se suman talentos, no discapacidades. Las discapacidades no son las que van a trabajar, son las personas. Hay que pensar que a cada persona hay que darle una oportunidad.
Afortunadamente, para las empresas hay una buena noticia. Y es que la inclusión es posible. Es difícil, pero es factible y hay herramientas para lograrla. Entonces lo importante es abrir la puerta al talento de muchas personas con discapacidad.
¿Cuáles serían estas herramientas?
LR: A la hora de diseñar un espacio o un evento, lo primero es pensar en que sea para todas las personas.
Lo segundo es la comunicación, que debe incluir a cualquier persona y debe visibilizar y representar adecuadamente a las personas con discapacidad en el entorno laboral. Al hacerse visible esta diversidad, las organizaciones crecen, innovan y consiguen mayor impacto en todo lo que hacen dentro y fuera de la organización.
Otra buena práctica es dar formación y acercar a los colaboradores de las empresas a los temas de inclusión y diversidad para ir rompiendo el sesgo inconsciente que existe hacia las personas con discapacidad.
Finalmente, pensar en la accesibilidad para todas las personas en cualquier área y espacio del entorno laboral.
¿Y de qué manera acompaña Incluyeme.com a las empresas para lograr este cambio de mentalidad?
LR: Creemos que la inclusión de personas con discapacidad debe ir más allá de la contratación, proponiendo un modelo integral. Nuestro compromiso es que más organizaciones puedan sumar talentos calificados de personas con discapacidad. A largo plazo, nuestro propósito es lograr que la inclusión y la participación de las personas con discapacidad sea algo normalizado.
MÁS QUE MIS MULETAS
Lina, en tu trayectoria personal y profesional, ¿cuál ha sido tu principal desafío?
LR: Mi principal desafío es demostrar que puedo tener un desarrollo profesional pleno, mis muletas no son las que van a trabajar, soy yo. Soy yo la que presenta programas de televisión y de radio, la que trabajó en periódicos e hizo consultoría en comunicación, la que presenta proyectos ante la Presidencia del BID por ejemplo.
Para realizar todas estas labores, lo ideal es que el entorno sea inclusivo para que la persona con discapacidad no tenga que decidir cómo resolverlo.
Desde mi experiencia puedo demostrar a las demás personas que vivir con una discapacidad es retador, pero es posible. Debemos buscar que el mundo sea suficientemente diverso, equitativo, abierto y que permita hablar de este tema sin morbo, sin lástima, sin poner adjetivos innecesarios.
Mientras el mundo siga siendo excluyente, negando acceso a oportunidades, muchas personas con discapacidad van a seguir viendo la vida como una eterna lucha.
Fuentes: