El cielo y su color han tenido un papel fundamental para las diferentes culturas a través de la historia. Por ejemplo, en la cosmología de la cultura maya hay una concepción del universo basada en la armonía entre el cielo, la tierra y el inframundo.
El azul es un color muy presente en la vida de las personas. Es uno de los tonos más abundantes de la naturaleza, junto al marrón y el verde, ya que se observa en el cielo, en mares y lagos.
El cielo es azul en el día y se vuelve anaranjado o rojo al atardecer por un fenómeno natural conocido como Efecto Tyndall, que influye en cómo percibimos los colores y en qué tonos vemos el mundo durante el día, tiene que ver con la forma en la que la luz interactúa con pequeñas partículas suspendidas en el aire y los distintos colores de los que está compuesta la luz.
Sin embargo, cuando en el aire se acumulan contaminantes más allá de lo que es natural —principalmente debido a las actividades humanas— no solo se afecta a los seres vivos, los ecosistemas y el entorno, sino que también puede cambiar la tonalidad del cielo. Por eso, cuidar el aire es fundamental para que todos podamos seguir disfrutando de paisajes hermosos y saludables.
En el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para sensibilizar a la humanidad sobre la urgente necesidad de mejorar la calidad del aire, reafirmamos que las energías renovables como la solar y eólica son alternativas para combatir el cambio climático.
De esta forma, la transición energética hacia las energías renovables es el paso necesario para mejorar significativamente la calidad del aire. Esto nos permitirá seguir disfrutando de cielos más azules, y por ende, de mejor salud y un planeta más verde.
Fuentes:
Energías limpias para cuidar la salud y el medio ambiente
El efecto Tyndall o cuando la luz colorea el cielo
El cielo, la tierra y el inframundo mayas | Arqueología Mexicana