Han pasado más de veinte años desde que Iberdrola llegó a México, tiempo en el que se han establecido múltiples tratos con dueños de los terrenos donde hemos construido nuestras plantas y parques que proveen a más de 2,500 clientes.
Es muy importante aclarar que todos los arrendamientos y compra de terrenos en los que Iberdrola ha participado se encuentran regulados por las leyes correspondientes, pues en todo momento buscamos cumplir la promesa de generar energía con total transparencia y legalidad.
Para la compañía es muy importante generar una inversión que aporte al desarrollo del país. Por poner un ejemplo, tan solo en Oaxaca hemos destinado más de 57 millones de pesos en lo que va de 2020 en rentas y acciones sociales realizadas en la región, fomentando el empleo local y la reactivación económica.
Distribución de los terrenos
Utilizamos solo una parte de los terrenos que rentamos. En el caso de un parque eólico, se instalan aerogeneradores, subestaciones eléctricas, caminos de acceso y líneas de transmisión ocupando un área pequeña y dejando el resto del terreno libre para que los propietarios realicen actividades productivas como la agricultura o la ganadería.
Para dar una idea más clara de cómo se usan los terrenos, por cada 1,000 hectáreas contratadas solo se utilizan 30 de ellas, es decir, que alrededor del 3% de las tierras se dedican exclusivamente a la generación de energía. Dependiendo la infraestructura requerida para el parque eólico -aerogeneradores, cableado y líneas-, se define cuánto espacio es utilizado exclusivamente por Iberdrola.
Al quedar libre el 97% de los terrenos, este es aprovechado por los propietarios de múltiples maneras. Por ejemplo, en el parque eólico Dos Arbolitos, ubicado en Juchitán, Oaxaca, los propietarios tienen un negocio dedicado a la siembra de sorgo, maíz, ajonjolí y otros productos, pasto mejorado, manejo de ganado, y a la producción de leche y sus derivados. Cabe mencionar que, como compañía, impulsamos la introducción de energía eléctrica para modernizar el campo y hacerlo más rentable para sus dueños.
Por otra parte, todos los parques cuentan con las certificaciones ambientales necesarias. Antes de la firma de los contratos se llevan a cabo Evaluaciones de Impacto Ambiental, las cuales son presentadas ante la Secretaría de Medio Ambiente, para avalar que no existe riesgo de daño ecológico con la construcción de una planta o parque energético y realizar planes de acción que garanticen la rehabilitación del ecosistema. Por ejemplo, en el parque eólico PIER, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales aprobó la realización del Programa de Rescate y Reubicación de Flora y Fauna, gracias al cual hemos rescatado y reubicado 121,572 especies de flora y 241 de fauna desde el inicio del proyecto. Además, el plan contempla la reforestación de un total de 143 hectáreas.
Acciones sociales para fortalecer las comunidades
Además de siempre asegurarse de hacer pagos justos a los propietarios, Iberdrola México busca impulsar el desarrollo de las comunidades donde se instala a partir de acciones en temas de salud, educación, cultura y medio ambiente.
Ejemplo de estas son aquellas realizadas en Oaxaca enfocadas en la educación, como las becas Impulso STEM, el programa Construir para Educar y los esfuerzos hechos por la rehabilitación y donación de mobiliario educativo, así como en la salud pública, como las Brigadas Urológicas.
Otra importante acción es la alianza entre Iberdrola México y la asociación Iluméxico para poner en marcha el programa Luces de Esperanza, con el cual buscamos ayudar a comunidades vulnerables de la Huasteca Potosina que no tenían acceso a la electricidad para obtener este recurso a partir de paneles solares. Este proyecto está próximo a ampliar su alcance, llegando al estado de Oaxaca.